De FOMO a JOMO: Encontrando alegría en lo que dejamos atrás

by | Nov 6, 2024 | Blog | 0 comments

Desde que aparecieron las redes sociales, el concepto de Fear of Missing Out (FOMO) o en español, miedo a perderse de algo, parece haberse apoderado de nosotros. Tememos no estar en la foto, no haber sido parte de esa fiesta a la que todos fueron, no conocer el restaurante de moda. Nos preocupa no ser vistos o recordados, como si cada publicación fuera una marca de pertenencia y cada ausencia, un paso hacia el olvido. Sin embargo, este miedo no es tan nuevo como parece; hace mucho tiempo los seres humanos vivimos con ese temor silencioso a no pertenecer y estar ausentes en la vida de los demás.

El FOMO no es solo un hashtag de moda, es el eco de un miedo profundo, uno que nos hace hacer cosas que no siempre queremos. Muchas veces decimos “sí” cuando nuestro corazón anhela decir “no”. Nos encontramos en lugares en los que realmente no queremos estar, riendo de chistes que no nos parecen graciosos, buscando encajar en contra de nuestra autenticidad. Y lo que más duele es que en esa búsqueda por evitar el rechazo o la sensación de abandono, terminamos abandonándonos y rechazándonos a nosotros mismos.

Ese “NO” que tanto nos da miedo decir o escuchar va mucho más allá de simplemente perdernos de algo. Nos aterra no pertenecer a un grupo, ser olvidados y sentirnos invisibles, porque cuando eso pasa, el dolor que sentimos en lo profundo del alma es tan fuerte que pareciera que nada puede sanarlo.

Personalmente, lo he vivido. He sentido el dolor del rechazo muchas veces; cuando era pequeña, en el colegio, en mi adolescencia y también ahora de adulta. Lo triste es que, muchas veces por FOMO, hice cosas que fueron en contra de mí misma, como ir a lugares que no quería, hacer cosas que no me hacían sentir cómoda y convertirme en alguien que realmente no era.

Este año descubrí el concepto de Joy of Missing Out (JOMO), la alegría de perderse de algo, una invitación a decir “no” y sentir paz en lugar de miedo. JOMO es elegir estar donde uno quiere estar, con quien se quiere estar y, aún más importante, cómo se quiere estar. Es aceptar que cada vez que elegimos una cosa, renunciamos a otra, y que en cada renuncia hay una ganancia.

Cada vez que decimos que “no” a ese evento, a esa foto, a esa fiesta, a ese favor, le decimos que “sí” a algo más íntimo y auténtico: el estar con nosotros mismos, el honrar nuestros deseos, el respetar nuestro propio tiempo.

Y no se trata simplemente de decir “sí” o “no”, como si una de esas opciones fuera la correcta y la otra equivocada. Se trata de cambiar la perspectiva y comprender desde dónde tomamos esa decisión: ¿lo hacemos desde el amor o desde el miedo? FOMO es una elección basada en el miedo, en la ansiedad de no encajar, mientras que JOMO es una elección hecha desde el amor, desde la aceptación y el respeto por lo que realmente necesitamos en cada momento.

Ser conscientes de este “desde dónde” es darnos permiso para ser quienes realmente somos, sin miedo a perdernos de lo que otros hacen o dicen, sabiendo que al final no estamos en competencia con el mundo, sino en paz con nosotros mismos.

Entonces, la próxima vez que sientas FOMO, pregúntate: ¿esto es lo que realmente quiero? ¿Lo hago desde el miedo a quedarme fuera o desde el amor hacia mí misma/o? Y si la respuesta es que tu alma anhela ese “no”, confía en esa elección, y encuentra paz en no estar en todos lados (es imposible), en no ser visto por todos, en no ser parte de cada historia.

Que tu ausencia en ciertos lugares se convierta en tu presencia plena en otros; que, al dejar algo atrás, encuentres la alegría de seguir tu propio camino, honrando cada paso que decides dar.

0 Comments

Submit a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *